La ciudad de Vigo es conocida como la Ciudad Olívica. Esto hace referencia a que en el atrio de la iglesia de la Colegiata de Santa María existía desde muy antiguo un gran olivo, que fue plantado por los Caballeros Templarios cuando regían esta feligresía.
Aunque el olivo con el tiempo fue derribado, actualmente existe otro que lo rememora - y que se dice desciende del mismo árbol - en el Paseo de Alfonso XII. El olivo forma parte del escudo de la ciudad.